
Veo cosas que vosotros no creeríais. Extraños mundos más
allá de la razón. Y no quiero que esos mundos se pierdan como lágrimas en la lluvia.

He visto un gallo en flor, con un
ojo brillante de rocío.
Y llorar a un camello, porque al alba tenía que pasar
por el ojo de una aguja.
He visto la hendidura de la noche y quietas salamandras de
marfil jugando con la luna…
…y a esa misma luna
correr por la arena detrás de una niña con olor a mar.
He visto al lobo de Caperucita llorando por su mala fama y su adicción a seguir
todas las tendencias de moda al mismo tiempo…
…después de asistir al suicidio de un pingüino
rockero, víctima de la inquietante melodía de un músico de folk.
Un día descubrí que el olvido sólo era
tres gotitas de tinta sobre un monóculo…
...y que me aterra la rutina y esa memoria de pez capaz de
olvidar los límites de su pecera...
...porque soy un paisaje apacible con volcanes dormidos en las esquinas.
...porque soy un paisaje apacible con volcanes dormidos en las esquinas.
Y no es sólo que haya otros mundos y que estén en éste. Lo que
me ocurre es que siempre quise ser... Bruce Lee.